Leonard Ojeda Ledezma (Porlamar).- ¿Quién podría imaginarse que el personaje que está dentro del traje de tigre no reside en el estado Aragua, es sargento segundo de tránsito y que además tiene una esposa fanática de Cardenales de Lara?
Así es. José Arias es quien, jornada tras jornada, se uniforma de bengalí de pie a cabeza. Zapatos, medias, ropa interior, traje, lentes, gorra y una bandera lo identifican claramente como máximo seguidor de los Tigres de Aragua.
Es aficionado de la novena rayada desde que tenía 11 años. Y hoy, a sus 44 años, no se arrepiente de nada de lo que ha hecho por su equipo.
Arias, quien está casado y tiene un hijo de 20 años, también tigrero, decidió dar un paso más como fanático desde la temporada 1999-2000, fecha desde la cual comenzó a disfrazarse para asistir a los juegos de pelota. Acude a casi la mitad (30 encuentros aproximadamente), según afirma él mismo, de los que juega el conjunto durante la ronda regular.
¿Cómo comenzó esta afición?
-Llevo 33 años como fanático tigrero. A los 11 años mi mamá me dio la primera pela con un cable porque me fui a un juego de los Tigres y llegué al día siguiente. De ahí en adelante fui aprendiendo más de pelota hasta que me hice mayor de edad y trabajé como cervecero del estadio José Pérez Colmenares. Luego empecé a vestirme así. Y ya tengo 10 años poniéndome toda esta indumentaria.
¿Qué significa el equipo para José Arias?
-Los Tigres para mí son todo. Ya cuando eso se le mete a uno en la sangre, no hay más nada. Ser tigrero es una de las mejores experiencias que he tenido en toda mi vida.
¿Tigrero de arriba a abajo?
-Para confeccionar la ropa yo compro la tela y mando a hacer el traje. Tengo cuatro trajes diferentes y uno playero. Además guardo en mi casa todas las fotos que me han tomado en los periódicos, y cualquier cosa que sea referente a los Tigres.
¿Qué otras cosas tienes?
Tengo una moto pintada de tigre y si vamos a una Final, hacia donde se juegue me voy en ella. El mantel de la mesa, los cojines, las medias, la ropa interior también son de tigre.
¿Anécdotas inolvidables?
Lo más alegre ha sido la década pasada por todos los campeonatos que obtuvimos. Pero cuando jugamos contra el Caracas es algo especial porque hay mucho pique. Una vez me lancé al terreno cuando terminó un juego y un Guardia Nacional me dio un “peinillazo”. Tenía como 16 ó 17 años. Pero igual abracé al jugador y me salí feliz. Otra fue que en una final, yo tenía una gorra llena de pines y en una trifulca se me cayó al suelo y más nunca la vi. En ese momento me la estaban comprando en 400 mil bolívares y yo no quería venderla.
¿Tienes alguna facilidad por parte de la organización?
-En Maracay no pago entrada. En las otras plazas, si no consigo el boleto ellos algunas veces me lo facilitan. La mayoría de los viajes me los pago yo mismo. Todavía no me puedo meter de lleno con ellos, porque tengo mi empleo con el INTTT y no puedo ir a todos los juegos. En un futuro, cuando me jubilen, hablaré con la directiva para estar a tiempo completo con ellos.
¿Cómo ves al equipo?
-Ahorita estamos bien y si Dios quiere vamos a disputar la Final contra Leones del Caracas para que nos devuelvan la corona que le prestamos el año pasado. Y si el equipo va a la Serie del Caribe y me invitan me voy con ellos.
¿Jugadores insignes del equipo?
-Miguel Cabrera, Luis Maza, Héctor Giménez, Endy Chávez cuando viene de refuerzo. De épocas anteriores Jesús “Chalao” Méndez, David Concepción, aunque no lo vi jugar mucho fue tremendo pelotero; Leonardo Hernández, los hermanos Zambrano y Rafael De Lima.
¿Si fueras mánager que cambios harías?
-Lo primero sería sacar al short stop ese magallanero (Tyler Greene), porque lamentablemente no ha hecho nada. Luego evaluaría si la parte fuerte del line-up me está respondiendo. Si entre las posiciones 3, 4 y 5 hay deficiencias, los movería, bien sea hacia abajo o hacia arriba, dependiendo del rendimiento.
¿Qué se dice de Buddy Bailey?
Muchos fanáticos saben que, aunque es tremendo mánager, hay momentos en que se equivoca, principalmente con los cambios de lanzadores. Él tiene un carácter fuerte, no es un mánager que se da con la fanaticada. Cuando está en su juego sólo está concentrado en eso. A veces ni los mismos peloteros se le acercan. Pero a fin de cuentas, lo haga bien, o mal, él es el mánager.
José Arias asegura que, mientras tenga vida y salud, seguirá aupando a los Tigres de Aragua y está convencido de que el conjunto bengalí se llevará el cetro de la temporada 2010-11 en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Su grito: ¡Tigres… campeón!
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